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Hace un par de meses una amiga que estaba terminando su curso en EFTI me invitó a ir a hacer fotos a otra amiga fotógrafa que se había prestado para ejercer de modelo. La idea era que la ayudara con el uso del flash de mano para que pudiera obtener unas fotos para una práctica pendiente de su curso.
La tarde lluviosa hizo que no empezáramos hasta después de que el sol hubiera ya caído, con lo que pasamos de usar el flash de mano como relleno a tener que plantearlo como fuente principal de luz.
Utilizar el flash de forma frontal al sujeto suele estar desaconsejado la mayoría de las veces ya que ese tipo de luz tiende a aplanar la imagen al limitar las sombras que se producen en este. En nuestro caso intenté mitigar este efecto usando difusor en el flash y reduciendo en lo posible la velocidad de obturación para recoger al máximo la luz ambiente.
También quise jugar añadiendo al flash un filtro CTO que compensaba bajando la temperatura de color a 3600ºK con lo que la modelo que es la que recibe la luz del flash quedaba con la temperatura correcta mientras que la luz ambiente quedaba “enfriada” en unos muy interesantes tonos azulados.
Para finalizar la sesión hicimos una fotos frente a una de las fuentes de la Plaza de Oriente que tuvimos iluminar usando un flash en modo esclavo que disparamos por simpatía consiguiendo un bonito fondo.
Una sesión poco planificada pero que resultó ser un buen aprendizaje para todos.
Podéis ver todas mis fotos de la sesión en el siguiente enlace:
El pasado 1 de Marzo me animé a ir a hacer fotos a pesar de que el día amaneció con lloviznas, y el caso es que no me importaba ya que finalmente iba a visitar la estación-museo del Metro de Madrid en la Plaza de Chamberí.
Se trata de una de las primeras estaciones del metro de Madrid que fue inaugurada en 1919 y que estuvo en uso hasta su cierre en el 1966. Este cierre la convirtió en una cápsula del tiempo y tras una reconstrucción fue reabierta como museo hace unos años en el mismo estado que el día de su cierre.
La visita es completamente gratuita y como fotógrafo hay que tener en cuenta que e pueden hacer fotos líbremente, eso sí, nada de flash y nada de trípodes (en principio).
Así pues la elección de cámara era clara, la 6D y su buen manejo de altos ISOS y enfoque con poca luz. Para las lentes me decanté por angulares fijos y luminosos: el Canon 35mm f2 y el Samyang 14mm f2.8.
Comencé haciendo fotos con el 35mm allí donde podía; el 14mm tiene un mayor ángulo de encuadre a costa de deformar mucho las esquinas.
En cuento al ISO hice algunas pruebas hasta encontrarme bastante cómodo a ISO 12800 asegurando una velocidad aceptable para no trepidar y una correcta exposición (ya sabéis que recomiendo sobrexponer hasta un paso subiendo el ISO para luego bajarlo el el procesado lo que reduce el ruido en nuestras tomas).
También hice algunas tomas usando el mini-trípode gorillapod que me ayudó bastante. No llevé un trípode granare ya que en principio no se puede usar debido al poco espacio en la estación pero si vas un día con poca gente normalmente son bastante permisivos (tomo nota para otra ocasión).
En definitiva una buena y divertida experiencia para fotógrafos y curiosos de la historia del metro madrileño. Os lo recomiendo.
Los que vivimos en Madrid en ocasiones nos quejamos por estar atrapados en la gran ciudad y porque el único verde que vemos es el de las ensaladas.
Lo cierto es que tenemos a tiro de piedra una buena cantidad de lugares que merecen la pena ser visitados con los que saciar nuestra necesidad de naturaleza.
Uno de los lugares que personalmente prefiero es la sierra de Madrid. Aún tengo pendiente subir a los puertos y pueblos de arriba, pero ya la parte baja de la sierra donde viven unos familiares sí que me ofrecen buenas oportunidades para hacer fotos y pasar un día entretenido.
Acostumbrado a hacer fotos más “urbanas” me resurta muga estimulante buscar y componer fotografías en entornos naturales donde interpretar correctamente la luz se vuelve incluso más crucial de lo habitual.
Los colores que cambian de estación en estación son una motivación extra, por lo que volver varias veces al mismo lugar nos permite descubrir un entorno diferente en cada ocasión. Aquí diferenciar fácilmente las fotos hechas en el mismo lugar de la Sierra de Madrid en Agosto y Febrero.
A continuación os dejo los enlaces a los sets completos de estas dos jornadas fotográficas:
La semana pasada pude disfrutar de una agradable y divertida tarde-noche de San Isidro por el centro de Madrid.
Por supuesto era una oportunidad inmejorable para probar y seguir haciéndome a la Fuji X100s (todavía sigo aprendiendo con ella).
Empecé a tomar fotos en la procesión de San Isidro dónde pude encontrar un variado colorido de chulapos, goyescos, bandas de música, etc.
La suerte hizo que acabara situado en un punto del recorrido en un punto de sol y sombra que creaba un curioso y difícil de fotografiar efecto con la luz del atardecer.
Los 35mm de la Fuji X100s se mostraron perfectos para la mayoría de encuadres que me encontré en la procesión. No hay duda que se trata de una verdadera focal todoterreno.
Al término de la procesión me fui paseando hacia una concurrida Plaza Mayor donde se podía respirar un ambiente muy madrileño con algunas escenas curiosas.
Tampoco podía dejar de dar mi acostumbrado paseó por el Mercado de San Miguel donde pude sacar ventaja de ir ligero y llevar una cámara tan discreta.
El sol iba cayendo y quería aprovechar la luz que aún quedaba para probar la X100s en la Plaza de Isabel II, como ya sabéis uno de mis lugares favoritos de Madrid para la fotografía callejera.
Terminé este recorrido en un día tan madrileño en la Plaza de Oriente donde turistas y locales se mezclaban en un entorno con una luz muy especial.
Las últimas reflexiones las hice volviendo a mi casa donde hice un par de tomas en la Plaza de España, ya de noche, tirando de ISO y con no malos resultados.
Poco a poco la Fuji X100s y yo nos vamos haciendo amigos...