En esta ocasión la intención era realizar el sábado por la noche algunas tomas nocturnas en los entornos de las fuentes de Cibeles Y Neptuno; así que tras preparar el equipo y cargar el trípode me dirigí hacia el punto de encuentro. Como aún faltaba tiempo para anochecer decidimos adelantar las cervezas mientras que terminábamos de esperar a los más rezagados, hablábamos de fotografía, comentábamos los resultados de las quedadas previas y hacíamos planes para la noche.
Comenzamos, ya con los trípodes desplegados fotografiando la Cibeles desde el edificio de correos (hoy Ayuntamiento de Madrid) en los últimos momentos de la hora azul.
Tras hacer algunas pruebas con el filtro polarizador opté por cerrar del diafragma para alargar las exposiciones hasta a los 30" y así poder jugar con las estelas de las luces de los coches.
En la primera parada que hicimos me puse a revisar fotos y me dí cuenta de un grave error que estaba cometiendo: dejar el estabilizador conectado en el objetivo 24-105. Al usar trípode no es en absoluto necesario y al detectar las luces de los coches en movimiento el estabilizador se ponía a trabajar con lo que provocaba efectos de trepidación en muchas de las fotos.
Como curiosidad, decir que nos encontramos con otros fotógrafos aficionados como nosotros, aunque fue nuestro grupo el que llamó la atención: una docena de locos con cámaras réflex, trípodes y mochilas. Fueron bastantes curiosos los que se acercaron a preguntar.
En la segunda parte de la quedada nos dirigimos a la fuente de Neptuno, algo menos iluminada y con chorros de agua más espectaculares que dieron bastante juego.
Puede incluso practicar algo de zooming, técnica consistente en mover el zoom de la lente durante la exposición lo que produce efectos, cuando menos, curiosos.
Terminamos la quedada con risas y un muy buen sabor de boca y, en mi caso, con la confirmación de que Madrid tiene mucho que ofrecer a la fotografía nocturna.
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