Como ya sabréis por mi último post, finalmente me he decidido a adquirir un tele para completar mi parque de objetivos. En este caso ha sido el hermano pequeño de los telezoom de la serie L de Canon, se trata del 70-200 f4L USM, sin estabilizador.
Aún guardo buenos recuerdos (y fotos) de mi Canon 55-250, un tele de mucha menor calidad pero que me funcionó muy bien, y la verdad es que lo echaba de menos. Ya en una quedada de hace un mes tuve la oportunidad de probar un 70-200 f2.8L y me dejó muy buen sabor de boca y las ganas correspondientes, claro.
El objetivo se lo he comprado a un compañero de Canonistas. Está usado (tiene 14 meses), pero casi nuevo, en perfecto estado con su caja y embalajes originales. Incluye parasol y funda (de serie) y, además un anillo para el trípode que este modelo no trae por defecto. Todo por 450€ (nuevo está en más de 600) un precio muy interesante, más aún contando el buen estado, el anillo del trípode y los 10 meses de garantía restantes).
Los 70-200 de la serie L de Canon son tremendamente nítidos y con una gran calidad en casi todas las aperturas. En mi caso mis focales más largas eran el 24-105 y el 100mm macro, por lo que creo que me vendrá muy bien. No he querido gastar el doble de dinero en la versión estabilizada o la de apertura f2.8, ya que por ahora no creo que le vaya a dar un uso intensivo.
Sobre todo la intención que tengo es usarlo para retrato y en reportaje en exteriores (el carecer de estabilizador implica usar velocidades altas que solo son aconsejables en entornos bien iluminados), pero en mi caso pienso que se ajusta a mis necesidades hoy por hoy.
Una buena compra que ya me ha empezado a dar las primeras buenas sensaciones.
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