El objetivo era poder presentar un total de 10 fotos, 5 retratos del escritor (un modelo que se ofreció para la ocasión) y 5 fotos que interpretaran o evocaran la temática del libro (recibimos un texto acorde).
Para los retratos apenas dispusimos de un breve photocall de un minutos y luego 10 minutos a solas con el modelo para, como decía el profesor, "resolver" el encargo.
Y es que en estas circunstancias el tiempo pasa rápido y tienes que procurar no solo ser rápido haciendo las fotos, sino que también debe pensar a la misma velocidad. Un estrés al que el fotógrafo afinionado no está ni mucho menos acostumbrado.
Puede parecer que en estas circunstancias la creatividad pasa a un segundo plano, pero es precisamente la capacidad de ser creativo la que te va creando rápidamente las fotos en tu mente para que luego las puedas ir ejecutando sobre el terreno.
No hay duda que el fotoperiodismo, primo hermano de la fotografía callejera, necesita un fotógrafo dinámico, práctico, muy creativo y con una gran capacidad de reacción.