Nada más tener la cámara en mis manos y tras la primera lectura del detallado manual llegué a la conclusión de que, si quería sacar partido a la cámara, necesitaba aprender teoría y técnica.
Leyendo un par de manuales, viendo un curso en vídeo que encontré en la red, y gracias a un curso de 5 horas en un centro oficial que Canon me regaló, me fui metiendo poco a poco en la teoría lo que, sorprendentemente, me fue haciendo mucho más atractiva la fotografía y su progresivo aprendizaje.
En este proceso los materiales en la red y diversas páginas web fueron y siguen siendo cruciales. A destacar el foro de usuarios de Canon del que soy miembro activo: www.canonistas.com (más adelante dedicaré un post a esta fantástica comunidad que tanto me está aportando).
Desde el principio me habitué a fotografiar en formato raw lo que me permitía y me obligaba a procesar las fotografías. Conocer lo parámetros a tener en cuenta en el revelado digital era una exigencia y una motivación para seguir adelante.
Pronto me di cuenta de que un solo objetivo no me permitiría hacer todos los tipos de fotografía que me gustaban, así que, siguiendo diversos consejos que encontré en la red encargué dos objetivos baratos pero con una gran relación calidad/precio: el Canon 50mm f1.8 II (ideal para retratos y lugares con poca luz) y el Canon 55-250 EF-S (teleobjetivo).
A la vez fui adquiriendo diversos accesorios (parasoles, artículos de limpieza, baterías, tarjetas de memoria, mochila, etc). Ya me iba dando cuenta de que no iba a ser un hobbie muy barato.
Apenas dos meses y varios paseos fotográficos por Madrid después, llego la primera prueba de toque un viaje de 5 días a Estocolmo. Las fotografías que obtuve me dejanron bastante satisfecho, aunque ahora las miro con diferentes ojos. (...continuará)
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