He tardado diez días en poner las últimas fotos que hice en mi escapada a Mérida, pero un montón de obligaciones me han ralentizado el ritmo de procesado de raws.
Tras las fotos nocturnas en el Templo de Diana y la sesión con mi sobrina Candela, decidí dedicar el último atardecer a dar un paseo por una pequeña parte del montón de maravillas que mi ciudad recoge. Como dije, la idea era aprovechar las últimas luces del día terminando en la hora azul, así que con esa idea inicié esta sesión verpertina de fotos.
Comencé por el Templo de Diana ya que me parecía buena idea tener algunas fotos de día que poder comparar con la sesión nocturnas del viernes anterior.
A continuación bajé caminado hacia el Alcazaba árabe donde hice varias tomas del entorno y de algunos detalles.
La Plaza de España fue la siguiente parada donde capturé algunos de los edificios más emblemáticos y su bonita y centenaria fuente.
El verdadero objetivo era fotografiar la puesta de sol desde el río Guadiana y hacia allí me dirigí llegado el momento.
El puente romano y los alrededores fue lo primero que fotografié aprovechando la luz de la tarde.
De ahí me fui a por algunas tomas generales y detalles del moderno puente Lusitania, al que quiero volver para hacer algunas fotos nocturnas aprovechando su espectacular iluminación.
Regresé al puente romano atravesando una isla en el río donde también pude hacer interesantes planos; algunos a contraluz.
Desde el puente romano, con el trípode montado (al que poco a poco le voy tomando el pulso), terminé la sesión haciendo diversas fotos al atardecer y en la hora azul, obteniendo interesantes tonalidades.
Todas las fotos del día las hice con la Canon 50D y el 10-22, aunque luego me dí cuenta que podía haber aprovechado el 50mm F1.4 que llevaba encima para algunas tomas, incluyendo paisajes.
A nivel técnico estoy bastante satisfecho con casi todas las fotos, excepto de las de paisaje en las que cerré demasiado el diafragma (hasta f22) y no me gustó el resultado; con f8 o f11 hubiera ido perfecto. Además con aperturas tan cerradas aparecieron algunas molestas motas de polvo que pude eliminar en el procesado.
Hablando del procesado, me lo he pasado muy bien jugando con el balance de blancos alterando la temperatura en las fotos con buenos resultados (para mi gusto, claro). También me animé a recortar algunas fotos en formato panorámico 2:5.
Un pequeño castigo para mi impaciencia fue que, cuando ya regresaba con el trípode recogido y en plen hora azul, me dí cuenta de una luz espectacular. Como no había tiempo de volver a abrir el trípode me tocó subir el ISO hasta 1600 y disparar a pulso, aún así creo que pude salvar un par de fotos.
Como véis Mérida tiene mucho que ofrecer al fotógrafo y eso que no he tocado los monumentos romanos más importantes, ni algunos otros rincones que os garantizo que merecen mucho la pena ... pero eso lo dejo para otra escapada.
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