El pasado mes de octubre (así llego de retrasado el blog) me enteré que un buen amigo vendía su Tamron 17-50 en la versión no estabilizada, objetivo que yo ya había tenido la oportunidad de probar a otro fotógrafo y del que tenía muy buenas sensaciones y referencias. De hecho lo había recomendado a varios amigos quienes en su momento me lo agradecieron.
En mi caso no necesitaba cubrir esa focal, pero el buen estado y precio de la lente (que además aún contaba con garantía), y mi curiosidad (son todo) me hicieron decidirme.
La casualidad quiso que recibiera el Tamron apenas cuatro días antes de mi viaje a Jordania, y quería ver si me interesaría llevarlo al viaje, así que aproveché una tarde después del trabajo para hacer una parada en la plaza de toros de las Ventas y poder probarlo.
Me sorprendió muy gratamente la gran nitidez lo que sumado a su luminosidad (f2.8 en todas las focales) hacen que sea una gran inversión para el que busque un todoterreno con una inmejorable relación calidad precio (ahora se puede comprar nuevo por unos 300€).
El único pero que se le puede poner a esta lente es el ruido del motor de enfoque y la construcción algo "plasticosa", pero esto son temas, en mi opinión, secundarios ante la gran nitidez por los pocos euros que cuesta.
La conclusión de estas pruebas fue buena y terminé por decidirme a llevármelo de viaje a Jordania (en breve os contaré el viaje y os mostraré las fotos).
En definitiva un pequeño-gran cristal del que, a pesar de honestamente no lo necesito, me niego a deshacerme.
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