jueves, 1 de septiembre de 2011

Por Alberto Aguilera al anochecer

El viernes pasado aprovechando que tenía que ir a recoger un paquete a Correos, me llevé la 500D y el 28mm f2.8. Tras comprobar que Correos, en contra del o que ponía en el aviso del paquete, no abre por las tardes en Agosto, me fui a cenar algo.

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Tras la cena, en la calle ya, y en plena hora azul, saqué la cámara, coloqué el ISO en 800 y comencé a hacer fotos.

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En breve se hizo de noche por lo que tuve que subir a ISO 1600, no me gusta subir más el ISO porque ese es, en mi opinión, el límite de ruido de mi cámara que puedo recuperar en el procesado (y no siempre), aunque es cierto que en Egipto hice algunas fotos en interiores a ISO 3200 y no quedaron mal.

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Trabajando con tan poca luz uno aprende a evitar (o al menos a interpretar de otra forma) fuentes de luz directa que nos pueden reventar una toma como faros, focos y farolas, pero también aprende a fijarse y a aprovechar luces más tenues y difuminadas.

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El 28mm en APS-C nos da una focal real de unos 45mm lo que lo hace muy interesante para este tipo de fotos. Lo trabajé al prinicipio en su punto duce (f4 - f5,6) aunque hacia el final tuve que abrir al máximo de esta lente (F2,8).

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Como os comenté el ISO tan alto y el ruido asociado hizo que procesado del raw ganara protagonismo. Aquí Lightroom se portó muy bien recuperando una calidad bastante aceptable en la mayoría de las fotos. Si tenemos fotos hechas a ISO alto pero con bastante luz, el ruido se minimiza bastante, pero en situaciones de subexposición el ruido crece exponencialmente.

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Hasta hace poco tiempo no me había animado a hacer fotos por la noche y la verdad es que es un ambiente que nos puede aportar muchas cosas nuevas. Creo que con la llegada del Otoño me voy a animar bastante a hacer fotos sin otras luces que las de la ciudad.

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