miércoles, 25 de enero de 2012

De tarjetas de memoria

Una de las piezas de hardware a la que pienso que no se le presta la debida atención en fotografía son las tarjetas de almacenamiento, responsables, nada menos, que de guardar y preservar el resultado de nuestro trabajo.

En la fotografía actual se usan principalmente dos formatos de tarjetas de almacenamiento, las Secure Digital o SD y las Compact Flash. Las primeras debido a sus limitaciones en velocidad y a su menor precio están más enfocadas a un tipo de cámaras más amateur, aunque ya van saliendo versiones bastante mejoradas por lo que muchas cámaras nuevas admiten ambos tipos de tarjetas. mi Canon 500D usa este tipo de tarjetas SD.

My Flash Memory Card Collection

Hoy voy a centrarme en las tarjetas CF o Compact Flash que son las más utilizadas en cámaras más avanzadas y profesionales. mi 50D, una cámara prosumer o de "usuario con aspiraciones" es una de las que utiliza tarjetas CF.

Como os he comentado es muy aconsejable prestarle a las tarjetas la debida atención atendiendo especialmente a tres parámetros que debemos tener en cuenta a la hora de elegirlas.

CAPACIDAD.- En la actualidad, a medida que aumenta la resolución de los sensores, aumentan el tamaño de los archivos, especialmente si disparamos en formato RAW, por ello el tamaño de las tarjetas debe ir en consonancia con el espacio que se va necesitando para afrontar nuestro trabajo.

Aunque en la actualidad tenemos de forma habitual tarjetas CF de hasta 32GB llegando algunas hasta los 128 ó 256GB; personalmente, si no se va a hacer vídeo, soy más amigo de usar tarjetas de tamaño medio y llevar dos o tres encima para poder intercambiarlas y no arriesgarme a perder todas mis fotos por "poner todos los huevos en la misma cesta".

En mi caso tengo una CF de 4GB, tres de 8GB y acabo de adquirir una de 16GB. Mis cámaras de de 15 megapíxeles permiten almacenar unas 45 fotos por cada GB.

VELOCIDAD.- El parámetro rey de las tarjetas y que es hacia donde van los avances en tarjetas es la velocidad de escritura, verdadero cuello de botella a la hora de disparar ráfagas, o vídeo.

En las tarjetas SD la velocidad se explica de forma sencilla según la "clase" con la que aparezcan definidas: así clase 2 nos ofrecen 2MB/s, clase 4, 4MB/s y así hasta clase 10 (10MB/s). Estas son las velocidades más habituales, aunque ya se pueden encontrar tarjetas de clase 60 (60MB/s) ... mejor no hablar de los precios de estas últimas.

La velocidad en las Compact Flash es bastante mejor (aunque el tamaño físico es también mayor). Los tipos más frecuentes son:

66x = 10 mb/s = similar a clase 10 en SD
133x = 20 mb/s
200x = 30 mb/s
266x = 40 mb/s
333x = 50 mb/s
400x = 60 mb/s = similar a clase 60 en SD
466x = 80 mb/s
533x = 82 mb/s
600x = 90 mb/s

Por supuesto las velocidades son orientativas pocas veces exactas (dependen de cómo haya realizado las pruebas el fabricante) pero nos dan una idea bastante aproximada de lo que podemos esperar de la tarjeta que elijamos. Personalmente recomiendo usar tarjetas de más de 200x con lo que nos garantizamos un rendimiento bueno para la mayoría de los casos. Aunque, por supuesto, si lo nuestro es el vídeo o la foto de naturaleza o deportes que requieren disparo en ráfagas, deberíamos ir a por las de velocidad superior (400x o más).

New Twins and Old Memory

FIABILIDAD / DURABILIDAD.- Es decir, la confianza que podamos obtener de la tarjeta que escojamos para guardar esas fotos que tanto trabajo nos han costado conseguir. Aquí la marca y la garantía que esta nos dé es siempre muy importante. No voy a recomendar marcas concretas pero es mejor huir de empresas desconocidas y precios demasiado bajos. Recordad "lo barato sale caro".

Por último es importante tener cuidado a la hora de elegir un lector de tarjetas adecuado y de confianza para asegurarnos el traspaso de la información a nuestro ordenador sin depender de la cámara. Mejor asegurar con un lector que nos garantice que no vaya a fallar destrozando nuestras tarjetas y las fotos.

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