Inicialmente pensé en hacerlo tomando fotos de una amiga, pero el descuadre de fechas y el periodo navideño hizo que me decidiera a hacerlo desde un punto de vista de primera persona.
Se trata de fotos que hice el pasado 3 de enero en Mérida mi ciudad natal donde estaba pasando unos días. En concreto quería contar un día tranquilo, aparentemente monótono, pero con momentos que se pueden disfrutar de forma intensa.
Quería enfatizar el punto de vista de primera persona, haciendo fotos íntimas donde no apareciera gente a excepción de algunas fotos donde aparezco yo mismo (o mejor dicho, partes de mi cuerpo) y objetos cercanos.
La intimidad y la primera persona definieron también el uso también del blanco y negro y la lente, mi 28mm f2.8 que con la conversión del factor de recorte de mi 500D (prefería usar esta cámara se convierten en casi 45mm, muy cercanos a una focal "normal" (con el ángulo de visión del ojo humano).
El resultado no ha sido demasido desastroso; mi tutor me ha dicho que he conseguido contar uan historia con un hilo conductor ... aunque, claro, había alguna foto que no le encajaba del todo.
Y es que consguir dejar a un lado la parte técnica para centrarme casi en exclusiva en contar una historia me ha parecido muy difícil e interesante a la vez y, la verdad, es que me voy convenciando que ese es el camino.
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