Tras las ventas y reorganización de mi equipo fotográfico que os comenté en el anterior post, me quedaba aún explicarnos en qué punto quedaba mi ya veterana Canon 500D que decidí mantener.
Los motivos fueron dos: en primer lugar me iba a resultar muy difícil venderla y si lo conseguía sería por un precio muy bajo; y en segundo lugar porque siempre es conveniente tener un segundo cuerpo en previsión de que la 6D pudiera sufrir algún problema y necesitara poder seguir usando mis objetivos canon. Desde luego hay mucha diferencia frente a la 6D pero sí que me puede servir para salir del paso.
Por supuesto sí que tengo claro que no quería que se quedara muerta de risa en una caja, así que me he marcado como meta usar la 500D al menos un par de veces al año para hacerle algo de rodaje (de momento sólo tiene unos 10000 disparos).
Soy consciente de que con la entrada en juego de la Fuji X100s la Canon 6D va a perder parte de su protagonismo y la 500D se va a quedar en segundo o tercer plano.
A favor de la 500D tengo las buenas migas que ha hecho con el 35mm f2 de Canon que en APSC se queda en algo más de 50mm y que me dan un gran resultado con poco peso lo que me permite llevar esta combinación de forma discreta en una mano.
Una cosa para la que sí que me ha valido el seguir usando la 500D es para confirmar mi evolución como fotógrafo en los últimos 4 años que hace que la tengo: misma cámara y unos resultados notablemente mejores (y siempre mejorables, claro).
También tengo en vistas el probar a hacer algún time-lapse con esta cámara, e incluso probar a fondo el firmare tuneado de Magic Lantern.
Como veis la 500D sigue viva y con mucha fotos por delante.
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